martes, 10 de mayo de 2011

la religión es el opio del pueblo

Ayer me paró por la calle una mujer de 60 años. Con una voz angelical me preguntó por mi nombre, mi edad y si iba a misa de vez en cuando. Yo le contesté que de pequeñita iba a un colegio de monjas en el que nos obligaban a ir a misa una vez por semana, a demás de rezar al entrar en clase a primera hora de la mañana y a las tres, después de comer. En el comedor también rezabámos antes de comer. Y a demás los viernes por las tardes y los sabádos iba al Club Massanella, que era del Opus Dei. Pero que ya no iba a misa, porque era lo suficiente mayor como para tomar mis propias decidiones. La señora, muy amablemente me dio dos revistas "La Atalaya" y "¡Despertad!" y me dijo que las leyera en mi casa tranquilamente. A demás, se tomó la molestia de torrarme la oreja durante una hora y cinco minutos (¡contados!) sobre pequeños descubrimientos arqueológicos que demostraban que Jesucristo y los Apóstoles existieron, e incluso me narró el Génesis enterito resumido a su manera, con detalles que jamás en mis catorce años de "cristiana practicante por imposición" había oído... como que en realidad la Virgen María había tenido varios hijos más a parte de a Jesús, entre ellos una chica y lo demás varones... Y mil cosas más. Yo la escuché con atención, más que nada porque no sabía como decirle a una mujer mayor tan simpática que cerrara el pico, que no me importaba una mierda todo ese rollo... Y bueno, llegué a mi casa con dos revistitas gratis... A lo mejor cuando tenga ganas de ir al baño me pillo una.

¿Adán y Eva?

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