lunes, 16 de mayo de 2011

que me tropiezo con algo inesperado.

El puchero del hortelano, GRANDEES!!

Llevo meses haciendo la tonta, viviendo sólo para mí, sin importarme las consecuencias que puedan tener mis acciones sobre otros corazones. Era divertido. Después de dejarlo con mi ex, tras un año de relación totalmente autodestructiva, decidí no volver a querer a nadie más. Cuando sentía algo parecido al amor, salía corriendo. O mejor dicho, la liaba de tal manera que la otra persona salía corriendo. Algunos/as tenían un aguante que pa qué, pero en fin, si no pasaban ellos pues lo acababa haciendo yo. Y aquí estoy, con 21 añitos, y en punto en el que me pregunto qué voy a hacer ahora.

Lo de que soy una caprichosa lo saben hasta en Japón. Me canso de todo muy rápido, odio la monotonía y me gusta mucho correr riesgos, porque así todo es mas divertido. Me encanta que mi corazón vaya a mil y notar que las pulsaciones se me disparan. Si vendieran chutes de adrenalina, yo me los compraba. Odio las drogas, por cierto. -pero un porrito al año no hace daño-.

He tropezado con algo/alguien que no esperaba. No sé qué hacer, porque la vida mola más cuanto más se complican las cosas, y a mí aunque suene a locura, me gusta mucho comerme la olla de tal manera que acaba doliéndome al cabeza, y cuando por fin decido algo, hago todo lo contrario. Creo que en esta vida todo tiene solución menos la muerte. De todas formas sigo viva, así que tampoco puedo asegurar esto último (dicen que Jesucristo resucitó al tercer día, y yo no me creo más que nadie, ¡pero tampoco menos!).

Y de entre toda la multitud estoy entre tres personas (pero hay una en especial que se lleva la palma), y por más que intento poner pros y contras de unos y otros, no puedo decidirme. Así que, ¡qué coño! Soy joven, y la vida son dos días, ya me centraré mañana. Que aquí estamos para pasarlo bien, divertirnos y liarla parda. Que no he nacido para ser una moñas que le manda sms bonitos a su única pareja, que yo demuestro las cosas, porque las palabras se las lleva el viento. Y pienso que si somos tantos en el mundo, no nos toca una sola persona a cada uno, que mi media naranja no sé dónde está, pero es que quizás tengo más de una por ahí (que cada uno corta sus trozos y mi número favorito es el ocho, prefiero los bocados pequeños, para saborear las cosas mejor).

Y cuando me enamore de verdad, otra vez, si esa persona considero que realmente vale la pena, entonces puede y solo puede, que deje de hacer la tontita. En realidad lo que más miedo me da es eso, que creo que he encontrado a esa persona. Pero yo solo quiero más tiempo, la putada es esa, que a veces aparece la persona adecuada en el momento equivocado y a la mierda todo. Porque si tengo que apostar por alguien, yo apuesto por mí ahora mismo.

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